9 de junio de 2010

El otro día les dije que cuando me muera entonces si me iban a extrañar. Mi nieto mas pequeño dijo “¿Estas vivo abuelo? “. Les cayó tan en gracia, que no paraban de reír. Tres días estuve llorando en mi cuarto, hasta que una mañana entró uno de los muchachos a sacar unas llantas viejas y ni los buenos días me dio.
Fue entonces cuando me convencí de que soy invisible, me paro en medio de la sala para ver si aunque sea estorbo, me miran, pero mi hija sigue barriendo sin tocarme, los niños corren a mi alrededor, de uno a otro lado, sin tropezare conmigo.
Leyendo Mi Libro

No hay comentarios: