9 de junio de 2010

Primero me cambiaron de alcoba, pues la familia creció. Después me pasaron a otra más pequeña aun acompañada de mis biznietas. Ahora ocupo el desván, el que esta en el patio de atrás. Prometieron cambiarle el vidrio roto de la ventana, pero se les olvido, y todas las noches por allí se cuela un airecito helado que aumenta mis dolores reumáticos.
Llevando el sustento del día!

1 comentario:

Lourdes Barillas dijo...

Que triste y que cierto ha de ser. Te felicito por este trabajo. Y que podamos dar mas amor a los ancianos. Para alli voy. Y se que necesitare amor. Dar y recidir